El vocalista de una de las bandas más importantes del rock sinfónico, ofreció un concierto impecable, donde no faltaron los clásicos de la histórica agrupación inglesa.
Apenas subió al escenario, provocó lo inevitable en la multitud que esperaba paciente en la platea de La Tosco, el viernes 5 de septiembre. La emoción recorrió los pensamientos, el alma y el corazón de cada uno de los que escucharon esa voz aguda, protagonista de un capítulo importante de la música universal.
Jon Anderson apareció entre algunos pocos elementos que hacían las veces de escenografía: dos candelabros, un ukelele, una guitarra acústica, el piano y un micrófono de pie dejaron pronto de ser protagonistas para dar paso a la leyenda.
La curiosidad por saber cómo sonaría en formato acústico quien le dio voz a una de la bandas más importantes del rock sinfónico se disipó ante el primer fraseo y no hubo dudas: seria una noche estupenda, a sala llena, musicalizada por este enorme artista que llegó a esta ciudad en el marco de una gira que lo trajo a nuestro país para tocar también en Buenos Aires, Tucumán, Mendoza y Rosario.
El show tuvo como soporte a un músico clave de la nueva movida cordobesa: Enrico Barbizi. Los noventa minutos restantes serían para Anderson.
Vestido con pantalón y camisa blancos y chaqueta verde, se lo vio recuperado de las viejas afecciones a su garganta- luego de una enfermedad asmática que lo alejó de los escenarios hace unos años- y con la voz a pleno, Anderson contó anécdotas en un inglés tan prolijo como entendible. Con la canción “América” de Paul Simon, tuvo palabras para los europeos que también vinieron al sur, “porque América no sólo es Estados Unidos”, dijo. Luego bromeó sobre Vangelis y su “Carrozas de Fuego” y la negación de éste a querer ser una estrella de rock (“Lo quiero a Vangelis”, concluyó). Cantó “A Day in The Life” de Los Beatles con el ukelele y cambió una de sus estrofas por “Será el día en que Argentina vuelva a ser campeón del fútbol mundial”; homenajeó a su hermano Tony con una dulce canción, y entregó un número importante (para el alma y el corazón de muchos) de éxitos entrañables como “Owner of a Lonely Heart “And You and I”, “All Good People”, “Rondabout”, “Soon” y “Starship Tropper” entre otros.
El público al que la historia y la emoción le recorría el alma, comenzó a levantarse para corear y aplaudir cada canción. Algunos se acercaron al borde el escenario, para cantar junto al artista. Jon Anderson entregó su “Wonderous Stories”, en el final. Otra noche concluía mientras una lluvia tenue caía sobre Córdoba, y una multitud seguía comentando lo quedó de esta noche de música e historias maravillosas.
PDS
Publicado en ELECTRUM de Luz y Fuerza