Quiero recomendar este libro que terminé de leer y que habla de la gestión cultural y turística, pero abordada desde un lugar cordial, ameno y cercano a la gente. Pancho Marchiaro (su autor) es gestor cultural y docente, y también fue funcionario público, por lo que en el libro aborda algunos temas desde su experiencia.
No soy gestora cultural, pero sí periodista del sector, y vivo en un pueblo con bastante historia desaprovechada por la gestión actual, por eso este libro me hizo ruido. Me gustó cómo con simples ejemplos, Marchiaro destaca la falta de acercamiento de muchas instituciones a la gente común. Pone como ejemplo los museos, pero también dice que paso a paso van cediendo esa imagen estructurada (y contracturada) y suman recursos para conectar (las redes por ejemplo). Me gustó lo de las estatuas y monumentos, algo que estudié a partir de una charla con un artista cubano, hace unos años, que me contaba que las esculturas de líderes politicos o personas destacadas tienden a ser de tamaño humano, y no de medidas inmensas. Contrasta con la histora (que tambien ya conocia) de la obra de Salamone, el arquitecto español que ganó muchismas licitaciones en los años 30 Así, en lugares con 80 habitantes, creo construcciones monstruosas de cemento que nada tenian que ver con la esencia pueblerina, y que aún se mantienen como una poderosa herramienta para contar lo lejos que están muchas veces las decisiones institucionales (culturales en este caso) de la gente.
Hago un paralelo con la gestión actual del pueblo en donde vivo, tan lejos de la gente nacida y criada, y que tambien se aleja de quienes quieren conocer un poco de historia Agua de Oro. Porque está bien la diversidad, la opinión de todos, pero esta mal relegar culturalmente la historia afectiva con la excusa de que no hay plata (no hace falta dinero para idear cosas), que justamente (y como dice Marchiaro en el libro), es un ingrediente fundamental para impulsar otro gran nodo económico que es el turismo. Hay lugares (pueblos como Rio Ceballos, Tulumba, Jesus Maria, La Cumbre, La Falda, Totoral) que crecieron al ritmo de los nuevos tiempos, las nuevas políticas, etcétera pero que guaardaron una buena parte de lo afectivo y primitivo para ofrecer al turismo desde su comunidad, y que aca en Agua de Oro, se ha perdido por completo, gracias a una gestion que aleja al habitante del pueblo de lo afectivo, proponiendo solo actividades vacias, o de otros lugares, o gustos propios.
Vuelvo al libro, recomiendo, se lee rapido, y es un excelente material para los docentes.
El Rapto de Psique
Gracias amiga @soniacabralprensa por alertarme de su publicación
«Gestionar es producir gestos, gestualidades. La gestión cultural puede activar la felicidad, la alegría, la risa, la perplejidad, entre muchas emociones».


