Publicado en Revista ELECTRUM, córdoba Luz y Fuerza
El cantautor pasó por Córdoba para presentar su último disco, “La Aguja Tras la Máscara”, el viernes 18 de mayo.
Ya es una costumbre visitar una vez por semana la sede de Luz y Fuerza.
La sala Agustín Tosco ofrece espectáculos de primer nivel, tanto nacionales como internacionales. Ya pasaron, durante las últimas semanas, el ex guitarrista de Sting, Dominic Miller, el bajista estadounidense Tony Levin con su banda Stick Men y el pianista y dj Luciano Supervielle, junto a integrantes de Bajofondo.
El viernes 18 de mayo, fue el turno de Gabo Ferro, un cantautor que retrata con una pluma deliciosa, situaciones cotidianas.
El artista nacido en Buenos Aires fundó la banda de rock Porco en los años noventa, ha escrito dos libros (“Barbarie y Civilización” y “Degenerados, Anormales y Delincuentes”) y es profesor de historia.
“La aguja tras la Máscara”, es su séptimo trabajo y lo presentó en Córdoba el pasado viernes ante un público que colmó la sala.
Allí, deshilvanó sólo con su guitarra, historias que hablan de amores, desamores, estados de ánimo, y recuerdos de alguna infancia. “Palabras Malas”, “Soy todo lo que recuerdo”, “Niño Costurera y Niña Carpintero”, “El amigo de mi padre” de sus discos anteriores, junto a las nuevas, fueron parte de las casi dos horas de show.
Ferro dice que su último trabajo es una especie de bálsamo para superar la ausencia. En 1938, una de sus canciones, advierte “me fui dejándome a mi en un lugar conocido”. Y descifra ese título de cuatro números, como el año de los suicidios de Leopoldo Lugones, Alfonsina Storni y Horacio Quiroga.
El silencio de la sala acompañó el espectáculo sólo quebrándose ante los aplausos. Es que Gabo Ferro es un artista para escuchar. De esas historias, la gente quiso más. Y el artista accedió, para coronar su show, acercarse y cantarles sin micrófono, casi al oído.
Pao De Senzi
