Tony Levin en el Teatro Luz y Fuerza: El hombre del stick de regreso en Córdoba

Foto: Paul Amiune

El bajista de Peter Gabriel llegó a esta ciudad para presentar su espectáculo Stick Men, junto Markus Reuter en guitarra y Pat Mastelotto en percusión. Fue una noche donde el poder de la música ocupó todos los rincones de la Sala Agustín Tosco.

Rock, fusión, power trío, sonido animal. Son términos que bien podrían utilizarse en caso de hablar del show de Tony Levin (bajista   estadounidense, ex músico de Peter Gabriel, John Lennon y King Crimson, por citar algunos trabajos), quien presentó su show Stick Men en la Sala Agustín Tosco del Teatro Luz y Fuerza.

Con la misma versatilidad con la que se ha movido en su extensa   carrera, Levin y sus compañeros (Markus Reuter en guitarra y Pat Mastelotto en percusión) dejaron sobre el escenario poco más de 90 minutos para el recuerdo. De arranque, el homenaje a Luis Alberto Spinetta fue sorpresa, más aún cuando en un castellano bastante fluido, Levin  dedicó “Rezo por vos” (aquel tema que el artista fallecido a  principios de año compusiera junto a Charly García para el disco Parte dela Religión) “para el flaco”. De entrada se metió al público en el bolsillo, aunque lo que vendría después formaría parte de la historia de ese mismo público y del propio artista.

A sala llena, sobre el stick (instrumento de diez cuerdas creado por Emmet Chapman, utilizado por Levin en todos sus trabajos, cuyo sonido se acerca al del bajo y la guitarra), y recreando algunos clásicos como «Breathless» de Robert Fripp (“este tema lo tocamos juntos en Argentina”, dijo recordando una de sus tantas visitas), “Matte Kudasai”, “Inside the Red Pyramid”, o los  cuatro momentos de la suite “The Firebird” de Igor Stravisnky (una excelente relectura del compositor ruso) previos a los bises, el power trío dejó en silencio a la platea pero no al escenario.

Si de poder sonoro hablamos, hace falta mencionar nuevamente a los músicos que acompañaron a Levin: Mastelotto, que construye con la percusión una verdadera pared de sonido, utilizando por momentos el arco de un violín sobre los platillos y la austera presencia del guitarrista Reuter, austera por su pose, no por el sonido que le sacó al instrumento. El rapeo entre el batero y Levin, sobre el ritmo de “supercolliders”, fue uno de los mejores momentos del show, culminando en un apoteótico final heavy metal.

En cuanto a Tony Levin de 66 años, se mueve sobre el escenario con agilidad y elegancia. Su música viaja desde lo más crudo del rock hasta el jazz y la improvisación. Su carrera es intensa como lo son sus dedos sobre las cuerdas. Participó en bandas como Pink Floyd, Dire Straits y   King Crimson, tocó con Paul Simon, James Taylor, Richie Sambora, Carly Simon, Peter Frampton y Peter Gabriel, y formó parte de uno de los discos emblemáticos de John Lennon, “Double Fantasy”. En cuanto a su carrera solista, comprende una vasta discografía: World Diary (1996); Waters of Eden (2000); Pieces of the Sun (2002); Double Espresso (2002);  Resonator (2006); Stick Man (2007) y Soup (2010) junto a la actual formación. Con solo afinar un poco el oído en el tema “La Maza” del disco So de Peter Gabriel, uno descubre a Levin tocando el bajo con una técnica creada por él mismo: sobre las cuerdas, palillos de batería.

En la sala Agustín Tosco, la banda continúa, explosiva, contundente. En perfecto español Levin sigue hablando al público, esta vez para anunciar que el resto de la actuación (el bis del final) será una jam session “nos gusta improvisar”, dijo y también ofreció sus discos, e invitó al público a esperarlo tras la actuación, para encontrarse nuevamente, pero en silencio.

PDS

Publicado en boletinjazz.wordpress.com y en Electrum Revista

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